El uso del chupete es una práctica habitual en los primeros meses de vida del bebé, ya que proporciona calma, consuelo y ayuda a conciliar el sueño. Sin embargo, un uso prolongado o inadecuado puede tener consecuencias negativas en el desarrollo bucodental. En este artículo te explicamos cómo afecta el chupete a los dientes de tu hijo, qué complicaciones pueden surgir —como la mordida abierta, la mordida cruzada o el aumento de la protusión— y qué puedes hacer para prevenir posibles problemas.
Cabe destacar que la salud bucodental infantil está estrechamente relacionada con el bienestar general, por lo que es fundamental establecer buenos hábitos desde los primeros meses de vida.
Beneficios del chupete en los primeros meses
Cuando se utiliza de forma adecuada, el chupete puede aportar ciertos beneficios, especialmente durante la lactancia y el primer año de vida:
- Ayuda a satisfacer el reflejo natural de succión no nutritiva.
- Proporciona consuelo en momentos de irritabilidad o ansiedad.
- Puede reducir el riesgo de muerte súbita del lactante (SMSL), según algunos estudios.
- Facilita la conciliación del sueño en muchos bebés.
Riesgos del uso prolongado del chupete
A partir de cierta edad, el uso continuado del chupete puede interferir en el correcto desarrollo de la cavidad oral:
1. Alteraciones dentales y maxilares
El uso prolongado puede favorecer la aparición de:
- Mordida abierta anterior: cuando los dientes frontales superiores e inferiores no se tocan al cerrar la boca. Esto puede alterar la masticación y dificultar la pronunciación de ciertos sonidos.
- Mordida cruzada: desequilibrio en la alineación de los dientes superiores e inferiores. A diferencia de la mordida abierta anterior, esta maloclusión no se soluciona de forma espontánea cuando desaparece el hábito del chupete.
- Paladar estrecho y elevado: la presión constante del chupete puede modificar la forma del paladar, afectando a la erupción y posición de los dientes permanentes.
- Dientes deformados: el uso excesivo del chupete, especialmente en etapas en las que la dentición está en desarrollo activo, puede influir negativamente en la posición y orientación de los dientes temporales, generando inclinaciones o separaciones anómalas.
Estas maloclusiones pueden afectar a la masticación, el habla, la respiración y la estética facial, y podrían requerir tratamiento ortodóntico en el futuro si no se corrigen a tiempo.
2. Retraso en el desarrollo del lenguaje
El uso frecuente del chupete durante el día puede interferir en el balbuceo y la práctica del habla, lo que puede retrasar el desarrollo del lenguaje oral. Además, si el niño mantiene el chupete constantemente en la boca, es menos probable que ejercite los músculos orales implicados en el habla.
3. Dependencia emocional
Si el chupete se utiliza como única vía para calmar al bebé, existe el riesgo de crear una dependencia emocional que dificulte su retirada progresiva. Esto puede generar frustración y ansiedad en el niño cuando se intente dejar el hábito.
Cuándo y cómo retirar el chupete
Los expertos recomiendan comenzar la retirada del chupete entre los 12 y 18 meses y eliminarlo por completo antes de los 2 años para evitar efectos negativos en la salud bucodental.
Algunos consejos para una retirada progresiva y respetuosa:
- Limitar su uso solo a momentos de sueño o consuelo.
- Sustituirlo por otros objetos de apego, como peluches.
- Retirarlo de forma gradual, empezando por eliminarlo durante el día.
- Reforzar positivamente los avances con elogios y caricias.
Elección del chupete adecuado
Si decides ofrecer chupete a tu bebé, es importante elegir uno que respete el desarrollo oral:
- De forma anatómica o fisiológica, que imite el pezón materno.
- De tamaño adecuado a la edad del bebé.
- Con base flexible y ventilada.
- Cambiarlo regularmente si se deforma o deteriora.
Cuidados complementarios para proteger la salud bucodental
- Realiza una limpieza diaria de encías con una gasa húmeda desde los primeros meses.
- A partir de la erupción del primer diente, inicia el cepillado con un dedal o cepillo infantil.
- Evita mojar el chupete en sustancias azucaradas.
- Programa la primera visita al odontopediatra entre los 6 y 12 meses de edad.
- Evita el hábito de succión del pulgar
- Es recomendable la lactancia materna durante los seis primeros meses para favorecer el correcto desarrollo de los maxilares.
Este tipo de medidas preventivas también se extienden a otras etapas como el embarazo, donde la salud oral adquiere especial relevancia. En este sentido, es importante conocer aspectos clave de la relación entre embarazo y salud dental, tanto para la madre como para el futuro bebé.
El chupete puede ser una herramienta útil en los primeros meses de vida, siempre que se use de forma controlada y con sentido común. La intensidad, frecuencia y duración de uso del chupete. Todo ello, aumenta el riesgo de complicaciones oclusales y del desarrollo de los maxilares. La clave está en acompañar al pequeño en cada etapa, observar sus necesidades y tomar decisiones informadas.
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